Domingo de Ramos
Este año escuchamos la Pasión del evangelio de Marcos. Algo único de esta lectura es el énfasis en el abandono de Jesús por sus discípulos. Primero, los líderes de los discípulos, Pedro, Santiago y Juan, ni siquiera pueden apoyar a Jesús en su agonía en el huerto. Se quedan dormidos tres veces. Luego, Judas busca a los sumos sacerdotes para hacer un trato con ellos, Pedro niega a Jesús tres veces, y los discípulos huyen cuando es arrestado. Las multitudes gritaban "¡Hosanna!" unos días antes y ahora piden que lo crucifiquen. Incluso Simón el Cireneo tuvo que ser obligado a ayudarlo a llevar la cruz.
¿Qué nos dice todo esto? Que con amigos como éstos, ¿quién necesita enemigos? No, el punto es que Jesús murió específicamente por estas personas, no porque alguna vez fueran amigos, sino porque eran pecadores y necesitaban a Jesús. Todos menos uno terminaron siendo santos. Y el que no lo hizo fue Judas, quien perdió la confianza en Jesús, en lugar de volver a él en busca de perdón. Cuando nos encontramos en pecado, cuando pensamos que todo lo que hacemos está mal, o cuando pensamos que no podemos merecer ser amados por Dios, ahí es cuando Dios puede ayudarnos, si simplemente dejamos de odiarnos a nosotros mismos y comenzamos a amar y confiar en el Señor. No es el momento de fingir que hemos evitado los grandes pecados ni de presumir de algo bueno que hayamos hecho. En lugar de intentar convencer a Dios de que merecemos su misericordia, simplemente acepta que necesitas su ayuda. Dios ama a los pecadores que saben que necesitan su perdón y no lo merecen.
Pero tal vez ya hayas sido perdonado y te preguntes qué sigue. Acuérdate de los menos esperados de apoyar a Jesús: el centurión que supervisó su crucifixión lo proclama Hijo de Dios. Un miembro del Sanedrín le da a Jesús un lugar de sepultura. Las mujeres que estuvieron ahí hasta el final. Eran personas que no decían ser dignas, simplemente hacían lo que podían para mostrar su amor. Pregúntale a Jesús cada mañana al despertar: "¿Qué puedo hacer por ti hoy?" y haz lo que puedas.
Tom Schmidt